Esta interesante iniciativa a partido de un grupo de miembros del Colectivo Extremeño de Fotógrafos de la naturaleza/CEFNA quienes han adquirido, a nivel particular, varios nidales fabricados en Extremadura por DEMA, con la intención de evitar que especies muy sensibles a la alteración de su hábitat, como el cernícalo primilla y la carraca, desaparezcan de enclaves tan emblemáticos como este cortijo extremeño del oeste de la provincia de Badajoz.
Como ocurre en muchísimos edificios rurales de Extremadura, este cortijo debería, por sí solo, estar legalmente protegido ya que entre sus tejas, huecos y cobertizos anidan al menos 10 especies de aves: carraca, cernícalo primilla, cernícalo común, abubilla, golondrina dáurica, golondrina común, gorrión común, estornino, lechuza blanca, mochuelo. Además de otros vertebrados e invertebrados.
La iniciativa ha llevado aparejada no solo la adquisición de los nidales por parte de este grupo de fotógrafos de la naturaleza, sino que también los han instalado ellos mismos, además de la gran colaboración que realizan con DEMA, ya que el dinero obtenido por la venta de nidales es invertido por la ONG directamente en proyectos de conservación del cernícalo primilla.
Los nidales se distribuyeron por todo el edificio
Bien asegurado, sobre las tejas y evitando obstrucciones en los canales
El abandono de este tipo de edificios propicia su deterioro y la desaparición de huecos donde tradicionalmente han encontrado cobijo muchas especies. Para tratar de paliar el problema y que especies como el cernícalo primilla o la carraca desaparezcan de este enclave, los nidales se instalaron en lugares estratégicos, como se aprecia en la imagen anterior, para que las parejas que ocupan huecos en muros y bajo las tejas tengan la opción de un “hogar” más seguro y duradero.
